martes, 15 de octubre de 2013

También el sol

Este verano saltó la noticia. Hasta 60 millones de multa para quien tuviese placas fotovoltaicas para generar electricidad. Parecía una locura. Una clara contradicción no solo al sentido común, sino al propio discurso oficial de fomento de las energías limpias y sustitución de la dependencia de los combustibles fósiles extranjeros. De hecho entraba en contradicción con la Directiva europea de fomento de las energías renovables.

Pero detrás de este aparente sinsentido se esconde la aplastante lógica del sistema, que a veces da hasta para una buena película. El argumento sería mas o menos este:



  • En España se privatiza el sector energético, y esta medida liberalizadora, lejos de lograr una bajada de los precios gracias a la competencia y la mayor eficiencia del sector privado, como decía el gobierno cuando aprobó la venta, ha supuesto un incremento de la factura de la luz sin igual en toda la UE.

Por hacer un poco de historia, Endesa, una de las empresas públicas más rentables, comienza su proceso de privatización en 1988 (gobierno del PSOE), vendiendo un 25% de su capital, pero conservando el Estado aun el control de la compañía. Posteriormente, con la gran oleada liberalizadora de los gobiernos de Aznar, prácticamente se liquida la presencia pública en la compañía con las Ofertas Públicas de Ventas (OPV) de 1997 y 1998, quedando solo un 3% de capital en manos del Estado. Finalmente, en 2006, el Gobierno de Zapatero autoriza una OPA sobre la totalidad del capital de Endesa, incluyendo el resto de capital público, por el que entran en pugna Gas Natural, la alemana Eon y la italiana Enel, que es quien finalmente se hace con la empresa. Cerrándose así una curiosísima paradoja. España privatiza su empresa pública de energía para liberalizar el mercado y ésta finalmente acaba en manos de la empresa pública eléctrica italiana (Enel).


Pues bien, desde que Enel se hace con el control de Endesa esto es lo que pasa con los precios (precio por Kwh antes de impuestos):




Da susto. No solo es el precio más caro en términos absolutos, sino que también es el mayor incremento en términos relativos. Y esto considerado antes de impuestos, que como después veremos suponen una parte considerable de la factura final.


Es curioso comprobar que a Italia, que no solo sigue con su empresa pública sino que además obtiene dividendos de los españoles, no le ha ido nada mal.


Y que Jose María Aznar, que aprobó la privatización de Endesa, haya sido contratado por esta misma empresa como asesor externo no deja de ser otra de esas curiosas casualidades del capitalismo.




  • A pesar de vender las empresas públicas y de esta imparable subida de la factura el gobierno le sigue debiendo 26.000 millones de euros a las empresas privadas eléctricas.

Pues sí, es el resultado de ir sumando año tras año el llamado déficit tarifario, y que hace que cada español le debamos ya unos 670€ per cápita a las eléctricas.


Este déficit lo conforma la diferencia anual entre el precio regulado de la electricidad y el precio libre de la misma. Por un lado, el precio de la electricidad está regulado por el gobierno para proteger a los consumidores (Sí, me refiero a ese precio que está a la cabeza de Europa). Por otro, el precio en el libre mercado se supone que es superior, y digo se supone porque como en realidad el mercado eléctrico español se mueve en términos de oligopolio. Cinco grandes compañías controlan el 80% de la generación de la electricidad y el 90% de la comercialización a los usuarios finales y, además, una única empresa controla la distribución de alta tensión, formando un poderoso lobby.


Éstas compañías suben artificialmente sus costes y en consecuencia elevan el precio "de mercado" tanto como les apetece. Prueba de que no les va tan mal son los beneficios que obtienen cada año. El caso es que las eléctricas exigen una compensación por sufrir la "injerencia" pública en el precio y el gobierno se lo reconoce, y así año tras año vamos sumando una nueva deuda pública, esta vez con compañías privadas (alguna de las cuales antes eran públicas).


Ese déficit tarifario lo pagamos en parte los consumidores mediante la "tarifa de acceso", que nos aplican en la factura. Pero de ahí también se paga la red de transporte a Red Eléctrica de España, la red de distribución a las distribuidoras, hay que retribuir a las entidades que gestionan el mercado eléctrico, satisfacer las primas del régimen especial, compensar a las grandes empresas promotoras por la moratoria nuclear (otra subvención histórica que arrastramos con las privadas), etc. Esta tarifa de acceso no sustituye a los impuestos sobre el consumo eléctrico, que también se paga y constituye la tercera pata de la factura.


Esta tarifa de acceso supone un costo medio para los hogares de entre 0.10 y 0.12 € por kwh; sin embargo para los grandes consumidores (industrias, etc) el coste se reduce a entre 0.04 y 0.06 € por Kwh. Esto es en realidad otra subvención oculta a las grandes empresas, que tienen que pagar menos por la electricidad y suponen una pérdida de unos 1500 millones de € anuales que dejan de ingresarse. 


Como esta tarifa de acceso no cubre el déficit tarifario, éste tiene que financiarse directamente vía Presupuestos Generales de Estado. Esos que año tras año recortan partidas de gasto social como educación y sanidad. Para 2014 destinará 900 millones directamente, que junto con la financiación de otros 2.200 millones vía crédito extraordinario, para cuadrar las cuentas de 2013, suponen un incremento del 19.5% de la partida dedicada a las eléctricas. Mientras la dotación a la sanidad cae un 35.6%.   



  • El plan del gobierno para contentar a las eléctricas y terminar con el déficit
Bueno pues a todo esto aparece el ministro de industria, Jose Manuel Soria, y presenta su Reforma del sector energético. Esta reforma tiene básicamente dos ejes de actuación. Por un lado sube la parte fija de la factura, la tarifa de acceso, especialmente a los hogares y pequeños consumidores, a los que penaliza con una subida de hasta el 125% según la Unión Española Fotovoltaica (UNEF). A cambio se bajaría el precio por Kwh consumido.



Esta situación nos lleva a que en la factura final, los hogares y pequeños consumidores paguen más simplemente por estar enganchados a la red que por lo que realmente consuman, haciendo que el ahorro en el consumo apenas repercuta en la factura. Que podría subir, en el caso de los hogares más modestos, hasta en un 50%.


Y finalmente, la segunda gran medida, La introducción de la tasa denominada "Peaje de respaldo", que viene a penalizar con un gravamen a todos aquellos consumidores que opten por el autoabastecimiento eléctrico, fijando desorbitadas sanciones para quienes no la respeten.

¿Que está pasando aquí? Muy sencillo. Por un lado la factura de la luz se ha disparado y lo que te rondaré morena. Por otro lado, la caída de la demanda por la crisis y la aparición de nuevas tecnologías han hecho que el precio de los paneles solares fotovoltaícos descienda un 75% en los últimos 36 meses. Conclusión, cada vez resulta más rentable, con la de sol que hay en España, producir tu propia electricidad y escapar del monopolio de las grandes compañías.


Esta realidad, que hasta hace poco era una utopía hippie, enciende todas las alarmas en el lobby eléctrico y comienzan las presiones. Primero se prohíbe vender a la red el excedente de producción doméstica con un sistema de "medición neta" como se hace en la mayoría de países europeos. Luego se prohibe la instalación de baterías para acumular la electricidad sobrente y usarla tu mismo cuando no haya sol. Y finalmente aparece el peaje de respaldo, con el que el precio final que tienes que pagar por la electricidad que tu mismo generas termina siendo un 27% más caro que comprarle la electricidad a una compañía eléctrica.


Tan burda es la maniobra que hasta la Comisión Nacional de la Energía (CNE) elaboró un informe contrario al peaje, solicitando su retirada por atentar contra la libre competencia. Pero el gobierno ha decidido ignorarlo. Hay demasiados intereses en juego.


Así que la libertad de mercado está bien, menos cuando son las grandes empresas las que pierden, entonces hay que establecer barreras a la entrada vía impuestos. La reducción de la dependencia de combustibles fósiles extranjeros (que es con lo que generan electricidad las grandes empresas) está bien, menos si esto supone pérdidas pare este lobby. La reducción de emisiones de CO2 y la apuesta por las renovables está bien, menos... me vais cogiendo.


Pues resulta que hace unos meses vi una película de Iciar Bollain que se llama "También la lluvia". Me gustó. Había una escena que definía el título de la película y que llevaba implícita toda la perversa lógica económica del sistema. Se trataba de unos uniformados que iban a derribar un depósito de agua de una comunidad pobre, lo cual daba origen a una revuelta popular que terminaba derrocando al gobierno. Es una película pero no deja de reflejar hechos reales.


Resulta que el gobierno conservador de Bolivia, allá por el año 2000, siguiendo las directrices del FMI, decide privatizar el suministro de agua doméstico. Un consorcio de empresas, entre la que está la sevillana Abengoa, se ocupan del negocio. Inmediatamente el precio del agua se dispara un 35%, situando la tarifa mínima en 20$ mensuales, en un país con un salario medio de 100$ mensuales. Muchos hogares no pueden pagar el agua y se quedan sin suministro, pero como sin agua no se puede vivir, comienzan a proliferar pequeños depósitos particulares y comunitarios para recolectar el agua de lluvia. Esto pone en riesgo los beneficios de las compañías privadas, que presionan al gobierno para que declare ilegales estos depósitos, exigiendo que se obtenga una costosa licencia pública para poder tenerlos, de lo contrario serían destruidos y multados sus propietarios.


Cuando la policía entra en los barrios para quitarles el agua, el pueblo entero se levanta, ocupa La Paz y Cochabamba y se produce la llamada "Guerra del Agua", en la que el gobierno llega a declarar el estado de excepción. Finalmente el gobierno tiene que recular ante el desborde de la situación y termina retirando el decreto de privatización del agua. Los altos ejecutivos de las multinacionales extranjeras tienen que pasar cuatro días escondidos antes de poder abandonar el país.


Cuando meses después leí el decreto del gobierno sobre la privatización del sol, no pude menos que establecer paralelismos. A ver cuantos cortes de luz aguantamos aquí antes de reaccionar.



2 comentarios:

  1. Gracias Dani hermano, un articulo muy bueno.
    Para todos todo.

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  2. Un excelente artículo que explica la perversidad de las politicas económicas capitalistas, desgranando sus postulados uno a uno.Los ciudadanos de a pie no sabemos qué es un lobby o cómo funcionan los impuestos y tarifas. Lo único que comprendemos es cómo nos vemos asfixiados por la brutal subida de la luz. Este artículo me ha resultado esclarecedor y muy pedagógico, y de camino me ayuda a entender por qué en este país la economía no es una asignatura obligatoria...al sistema no le conviene que sepamos sus modus operandus. Es esencial contar con economistas del pueblo. Muchas gracias y que sigas desmontando al capitalismo que falta nos hace.

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