martes, 29 de octubre de 2013

El colapso de un modelo de acumulación especulativo

Hace unos días tuve la oportunidad de dar una conferencia en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Sevilla. La organizaban los estudiantes que buscaban explicaciones rigurosas del porqué de la actual crisis. Me pidieron exponer un análisis marxista del asunto. Y eso hice, y como a la gente le gustó, me comprometí a resumir la ponencia y colgarla aquí.


La charla comenzaba con una serie de definiciones básicas, necesarias para introducir en la economía política marxista a quien nunca hubiese leído nada al respecto. Básicamente se definía el valor, el trabajo, el capital, la plusvalía, la tasa de ganancia, etc. Me voy a saltar esa parte ahora para no alargar demasiado el post e ir al análisis económico directamente.

  • Cambio de tendencia de la tasa de ganancia:

La tasa de ganancia, el cociente del beneficio empresarial entre los costes, tienen una tendencia natural a decrecer según se desarrolla el capitalismo y se acumula el capital. Es lo que la economía oficial llama Ley de los rendimientos decrecientes, y es una de las contradicciones fundamentales del propio capitalismo, que en su necesidad de crecer, busca escapar de esta reducción relativa (que no absoluta) de la ganancia.


Pues bien, si miramos esa tasa de ganancia en los EEUU vemos que desde el final de la II Guerra Mundial comienza a caer, hasta principios de los 80, en que se produce una inflexión y vuelve a crecer. Por supuesto con sus dientes de sierra que suponen las crisis cíclicas.

¿Que sucede en esa época para que se de ese cambio de tendencia? Pues hay un giro conservador a nivel mundial. En economía se impone la escuela neoliberal. Le dan el premio Nobel a Hayek. Milton Friedman y su Escuela de Chicago se ponen de moda. En política tenemos a Reagan, Margaret Tatcher, Pinochet, todos ellos obsesionados en desmontar las políticas sociales, combatir a los sindicatos y bajar los impuestos a los ricos. Y solo unos años después cae la Unión Soviética.

Parece claro que esta ola conservadora no era una cuestión anecdótica, que tenía un objetivo claro que era cambiar la tendencia negativa de la tasa de ganancia, metiéndonos de paso en un nuevo modelo de acumulación, y lo consiguieron. 

Pero, ¿como se cambió esa tendencia decreciente?


Pues vemos como a partir de esa fecha la productividad del trabajo aumenta significativamente, separándose cada vez más de la remuneración del mismo. Se está produciendo un incremento de la plusvalía relativa, un incremento de la explotación del trabajo que permite tirar hacia arriba de la tasa de ganancia. El trabajador produce cada vez una mayor cantidad de valor por hora que no le es retribuido y que se apropia el capitalista.


En consecuencia, la participación de los salarios en el reparto de los ingresos empresariales es cada vez menor, mientras que crecen los beneficios empresariales como veíamos en el primer gráfico. El trabajo pierde terreno frente al capital.

  • Cambio del modelo de acumulación:


Pero este nuevo ciclo capitalista tiene una diferencia sustancial respecto al anterior. Su modelo de acumulación es distinto. Si hasta ahora la ganancia capitalista se destinaba principalmente a la producción, a la reproducción ampliada del capital, ahora ya no es así.


En este nuevo modelo los beneficios crecen pero no se destinan a la producción, y por tanto, la tasa de acumulación se mantiene o cae. ¿A donde van todos esos beneficios empresariales?


Por otra parte, mientras los salarios reales caen, como ya hemos visto, ésto no se acompaña de un descenso del consumo, sino al contrario, el consumo crece. ¿Como es posible? ¿De donde sacan las familias el dinero para consumir?

  • Financiarización global:



 Pues de donde únicamente es posible, del endeudamiento. La deuda de los hogares y las empresas se dispara, y las entidades de crédito corren felices a satisfacer esa demanda porque tienen un exceso de liquidez. ¿Y por que tienen ese exceso de liquidez?



Pues porque todos esos beneficios empresariales que no se estaban reinvirtiendo en la producción iban destinados al mercado financiero. Es lo que llamamos la financiarización de la economía. 

Las inversiones financieras daban una mayor tasa de ganancia que la economía real, pero era una ganacia ficticia, especulativa, no había creación de valor detrás de las operaciones de compra-venta de títulos, solo la confianza de que tras cada operación de venta el precio siempre subiría. Es la creación de una burbuja especulativa.

Pero se trata de una burbuja monstruosa. Si nos vamos a la gráfica de la evolución del Dow Jones, que nos indica el dinero que hay invertido en bolsa, podemos ver la caída que supuso el crack del 29, el estallido de aquella burbuja, que todos conocemos como La Gran Depresión. Pues ahora vámonos a 2010 e imaginémonos la caída desde ahí arriba. Eso es lo que todavía no nos han contado. Por eso los analistas económicos en el extranjero no ven atisbos de recuperación en España hasta 2021 como mínimo. mientras Rajoy vende aquí el fin inminente de la crisis en un ejercicio de populismo.

Y lo peor es que su solución pasa por reproducir el modelo. Redoblar la explotación al trabajador para aumentar la tasa de ganancia y devolver la confianza a los mercados para volver a ganar dinero especulando. 

   

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