viernes, 10 de octubre de 2014

El desempleo no baja por la explotación laboral


La crisis ha hecho estragos en el empleo en España. Doce puntos porcentuales de incremento del desempleo en cinco años hasta rozar el 26% de paro y los seis millones de desempleados. Un auténtico lastre para la economía del país que supone que la cuarta parte de la fuerza laboral no encuentra empleo, y por tanto, mantenemos improductivos una cuarta parte de nuestros recursos humanos. Un derroche colosal.


Sin embargo, la repercusión de esta realidad en el desarrollo económico no es ni mucho menos proporcional. Es cierto que el aumento de la tasa de desempleo se explica en parte por el incremento de la población activa, pero si nos ceñimos a la pérdida neta de trabajadores asalariados en estos cinco años, vemos que la caída es del 10,4%.

Sería lógico suponer que la caída del PIB sea cercana a la cantidad de recursos que ha dejado de utilizar la economía, pero no, en puntos porcentuales del PIB la crisis ha sido bastante más suave. Apenas se ha perdido un 2,7%.

Esto significa, básicamente, que han salido 1.600.000 trabajadores de la producción, y los que han quedado están produciendo prácticamente lo mismo que antes. O sea, que ahora hacen lo suyo y lo de sus compañeros despedidos.



Asistimos simplemente a un incremento de la explotación laboral, que es una forma muy concreta y negativa de productividad. La patronal ha aprovechado la crisis para reducir costes y aumentar beneficios, con la complicidad del gobierno, que les dio la herramienta legal con la reforma laboral de 2012. Así, vemos como es en 2012 cuando se pierden un millón de asalariados (con la reforma que era para crear empleo!) y es cuando empieza a caer también más acusadamente la masa salarial total. Que finalmente cae incluso más que el empleo en lo que es un claro indicador de las reducciones salariales y la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores que se han dado en los últimos dos años y que han lastrado la recuperación de la demanda interna. Además se incrementa la precarización del empleo, aumentando la temporalidad, los contratos a tiempo parcial y los falsos autónomos.

Todo este proceso se acompaña de una campaña de acoso y derribo a los sindicatos, que no es solo mediática, dirigida contra su imagen pública. La reforma los deja fuera de juego al primar los convenios de empresa y la pérdida de la ultra actividad. Además de un giro penal que criminaliza la participación en piquetes de huelga.  La idea era desmontar los mecanismos que pudieran tener los trabajadores para resistirse a este giro de tuerca de explotación laboral.

Y parece que les ha salido bien, en 2012 los beneficios empresariales superaron por primera vez a los salarios en el PIB. Unas cuantas familias ganaban más que todo el resto del país junto. Los ricos se hicieron más ricos al mismo ritmo que desaparecía la clase media y se incrementaba el índice gini de España a niveles de país subdesarrollado

Se cumplía el sueño del encarcelado Diaz Ferrán, trabajar más y cobrar menos. Pero todo este lucro empresarial no se reinvierte en la producción, porque el PIB no crece, se repartía en forma de dividendos, que marcaban records históricos. En palabras del economista Eduardo Gutierrez: "Desde 2008 los beneficios retirados y entregados a los accionistas han superado los 24.500 millones de €uros. En 2009, alcanzarón el máximo histórico de 33.900 millones de €, una cifra que casi se repite en 2011, y es cinco veces mas que en 2000". Un trasvase de dinero de los bolsillos de los trabajadores a los de los capitalistas y un saqueo de la economía.




Pues si dividimos la masa de plusvalía (Excedente bruto de explotación más impuestos a la producción y exportación) entre la masa salarial, obtenemos a niveles agregados lo que Marx llamaba tasa de explotación. O sea, el rendimiento que saca el empresario por cada euro que paga en salarios. Pues bien, ésta se ha incrementado en 17,5 puntos porcentuales desde el comienzo de la crisis.

Hay quien dice que ésto no es una crisis, que es una estafa, yo creo que como mínimo es un negocio, y mientras lo siga siendo no bajará el desempleo.