jueves, 2 de julio de 2015

La actualización del modelo económico cubano


Inmersos como estamos en una crisis estructural del capitalismo. Con unas élites extractivas dispuestas a acabar con la economía mundial a cambio de mantener un día más sus tasas de ganancia. Merece la pena volver la vista a modelos económicos alternativos vigentes hoy día, y ver su evolución, fortalezas y debilidades. Y en ese sentido, la economía socialista cubana, en pleno proceso de actualización y reforma, es el sujeto idoneo para este análisis. 

Este artículo está basado en la conferencia "El modelo económico actual en Cuba y sus perspectivas", del economista cubano Dr. José Luís Rodríguez.

No se puede hablar de la economía cubana sin hablar del impacto que supuso la caída del bloque socialista soviético y la larga crisis que produjo en Cuba conocida como "periodo especial". Cuba tenía toda su economía integrada en el CAME con el resto de países socialistas, y al impacto negativo de su desaparición se unió que EEUU aprovechó la coyuntura para endurecer considerablemente las condiciones del ilegal bloqueo, de cara a impedir que Cuba pudiese encontrar una alternativa viable y forzar su rendición.


Esa crisis supuso que entre el 91 y el 93, Cuba perdió aproximadamente el 40% del PIB. En la crisis actual España no perdió más del 2,5% del PIB, podemos hacernos una idea de la magnitud. Además, no volvió a alcanzar el nivel de 1990 hasta el año 2005, lo que suponen 15 años perdidos en el desarrollo del país. En cualquier caso, es muy meritorio que con tal crisis se siguieran garantizando la sanidad, educación, pensiones y alimentación de toda la población. Tampoco hubo desahucios.

A partir de 2005 Cuba empieza a crecer con fuerza (11,2% en 2005, 12,1% en 2006, 7,3% en 2007), hasta que 2008 trae la crisis global y Cuba se ve arrastrada también por ella. En ese marco surge la necesidad de reformar el modelo económico, actualizarlo para hacerlo viable a largo plazo. Se detectan los siguientes problemas, algunos estructurales, otros rémoras aun del periodo especial:

  • Elevado desbalance financiero externo.
  • Baja eficiencia económica y reducida productividad.
  • Crecimiento sectorial del PIB mal proporcionado.
  • Consumo restringido y desigual distribución del ingreso (a pesar de tener el mejor Gini de toda América Latina, en parte por el acceso a las remesas).
  • Baja eficiencia del sistema de gestión económica (hipercentralización, burocratismo y baja participación efectiva de los trabajadores en las decisiones).



En lo económico asistimos a un crecimiento moderado del PIB y la productividad, insuficientes para dar un salto en el desarrollo económico y el nivel de vida, a pesar de que el nivel de igualdad en la distribución hace que ese crecimiento, aunque escaso, llegue a todos. Un crecimiento basado en los servicios (transporte, comercio...) y con importantes altibajos en la producción de bienes y la inversión (si bien se prevee un incremento de la inversión para 2015 del 28.7%). 


Ese crecimiento ha ido en gran medida a mejorar el poder adquisitivo de los asalariados, buscando incentivar la demanda interna, y en concreto, en 2014 se produjo una importante subida salarial sobre todo al personal sanitario. Se reconoce con ello la labor que estos profesionales hacen en todo el mundo y que ya suponen la principal fuente de ingresos del país. Y es que, si bien el salario nominal creció un 310% desde 1989, en términos reales aun es un 27,8% menor que entonces. De tal magnitud fue la devaluación del peso en el periodo especial. Esta pérdida de poder adquisitivo de los salarios se ha visto compensada con las remesas de divisas de los emigrados, si bien éstas no llegan a todo el mundo, generando desigualdades.

Sin duda, el escaso 1.3% de crecimiento del PIB en 2014 fue una decepción para las autoridades cubanas, que esperaban ver los frutos de las reformas adoptadas y, al menos, superar el crecimiento del año anterior. Achacaron este mal resultado a los siguientes factores:

  • Ingresos externos menores de los previstos 
  • Caída de precios del azúcar (-9.7%) y menor zafra (88% de la prevista)
  • Descenso en la producción de níquel
  • A pesar del incremento de turistas (10.4%), los ingresos no crecen igual (2.1%), lo que significa que el gasto medio por turista cae.
  • Incremento del coste por la importación de alimentos, que suponen unos 2000$ millones anuales, por el encarecimiento de los mismos (arroz 22.5% en 2014, frijoles 51% en 2013, chícharos 71% en 2014, leche en polvo 42,3% en 2013, carne de cerdo 33.1% en 2013).
  • Persistente sequía.
  • Continuidad de la ineficiencia económica estatal (151 empresas con pérdidas).
  • Empeoramiento de la calificación de riesgo-país en 2014.
En todo caso, este mal dato no ha modificado lo planificado, ni la confianza de las autoridades en el proceso de actualización económica, y el hecho de que para 2015 ya se prevea un crecimiento del 4% del PIB indica que era solo una cuestión de tiempo.



Vemos, sin embargo, que se ha producido en estos años una notable mejora de la situación financiera del país, que ha venido a revertir la crisis de balanza de pagos ocurrida en 2008. Tenemos por un lado, una importante reducción del gasto público, con la consecuente reducción del déficit.  Además, se ha dejado de financiar el déficit mediante emisión de moneda. Ahora se emite deuda, lo que da estabilidad a los precios.

No se tratan aquí, en todo caso, de recortes, sino de un redimensionamiento del sector público, la conversión de asalariados en cuantapropistas o cooperativistas (ya existen 498 cooperativas aprobadas y 347 en funcionamiento, un 43% de las cuales en la hostelería). El empleo estatal ha descendido un 14,7% en este periodo, siendo la mayor reducción en los ministerios (34%) y en las empresas estatales (27%). Mientras que el empleo no estatal ha crecido un 57,2%, hasta ser el 26,3% del total del empleo y el 12% del PIB.

Las importaciones también han caído. Se pretendía frenar con ello el déficit de balanza comercial. Sin embargo, si bien la política de sustituir las importaciones de alimentos por producción local se mantiene, se ha decidido incrementar las importaciones de materias primas y energéticas y bienes intermedios y de capital, porque son imprescindibles para relanzar la producción industrial del país. Con lo que las importaciones volverán a crecer (un 13,3% previsto en 2015).

Respecto a la deuda externa, la han conseguido estabilizar en torno al 32% del PIB. Sin embargo, sí que se ha incrementado el coste anual de pagos de esta deuda. Eso no responde a un endurecimiento de las condiciones de la misma. Al contrario, es la decisión política de adelantar pagos de deuda antigua y de solventar las diferencias sobre deuda vencida, como la que se mantenía con Rusia sobre la antigua deuda con la URSS y sobre la que se llegó a un acuerdo recientemente. Se busca con ello situarse ante un nuevo escenario ventajoso, de mayor credibilidad internacional, ante el posible nuevo marco de relaciones con EEUU (se prevee un impacto positivo en el PIB de entre 0,6 y 2 puntos según lo profundo que sea el levantamiento de trabas y sanciones). 

También a la búsqueda de inversión extrajera con la nueva ley de inversión extranjera y la zona portuaria internacional de Mariel, que ponen en juego una cartera para la inversión de 8700 millones de USD. En ese marco hay que entender la histórica visita de Hollande a Cuba al frente de una delegación de empresarios. Se busca también la apertura de nuevas lineas de crédito internacionales en condiciones más ventajosas (1757$ millones comprometidos con China) y el incremento de las reservas internacionales, actualmente en 10.000 millones.


Sobre los indicadores sociales cubanos redundar en lo de siempre, están al nivel cuando no superan los del primer mundo, por ejemplo con una tasa de mortalidad infantil inferior a la de EEUU. Curioso también su nivel nutricional, muy por encima del estandar recomendado y por encima de la ingesta española, que ha caído hasta las 2602 Kcal/día con la crisis. Aun hay quien vende el cuento del hambre en Cuba. Sí supone un problema de primer orden el déficit de viviendas y la conservación de las mismas. Los materiales de construcción, principalmente acero y cemento están en manos de grandes monopolios norteamericanos. Para más indicadores en este respecto se puede acceder a las estadísticas de Unicef.

En conclusión, Cuba ha diseñado un modelo económico actualizado que permita un desarrollo económico del país y una mejora del consumo y las condiciones de vida de la población, que sea sostenible y que no sea contradictorio con los principios socialistas. Para ello ha fijado como metas a corto plazo alcanzar cotas de crecimiento del 7% del PIB, de inversión del 20% para 2020, una importante inversión extranjera planificada y el incremento del poder adquisitivo de los trabajadores estatales.

Eso sin duda tendrá un coste implícito. Sin duda un elemento importante será la unificación del sistema monetario interno, lo que llevará a la devaluación del CUC y la revaluación del CUP, lo que requiere un coste de divisas importante para el estado si no se quiere que eso recaiga sobre las espaldas del pueblo, ni se quiebren las empresas públicas. También requiere un esfuerzo pedagógico y de persuasión para vencer resistencias mentales al cambio. De ahí por ejemplo los curiosos debates públicos que se están dando acerca de como vencer el exceso de burocracia.

Además es un proceso que debe fortalecer el socialismo, no debilitarlo. Por tanto las comparaciones con China son un poco indocumentadas. Se plantea la dualidad mercado/planificación como procesos bajo control social, para lo que es importante una mayor participación de los trabajadores en el proceso de la toma de decisiones. Se busca, en consecuencia, un socialismo con todos y para todos, que diría Martí, y económicamente sostenible y eficiente, aun en las duras condiciones del ilegal bloqueo aun persistente. Y en mi opinión van en el camino correcto.